La decisión de la Mesa del Parlament de suspender este jueves a Laura Borràs como diputada y presidenta de la cámara catalana ha ahondado la fractura en el independentismo, con virulentas acusaciones por el voto de ERC y la CUP, una situación que pone en apuros al Govern que preside Pere Aragonès.
Una hora y 45 minutos ha necesitado la Mesa del Parlament para deliberar y votar la suspensión de Borràs en su ausencia -ha salido de la sala para no participar en la votación, por obvio conflicto de intereses-, con los cinco votos a favor de PSC, ERC y CUP y un voto en contra, de la diputada de JxCat Aurora Madaula.
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